Una sesión de fotos emotivas y naturales puede ser un maravilloso recuerdo de una comunión. Cada imagen se queda fijada para siempre en la memoria: cada gesto, cada sonrisa llena de ternura y espontaneidad. Las dos hermanas están preciosas con sus vestidos de comunión, aunque ellas lo que más quieren es jugar en la hierba, bailar y hacer volteretas, romper pompas de jabón y meter los pies en la piscina. Los lazos y las trenzas quizá no estén perfectos, pero ellas están perfectas en su disfrute sin trabas, en su alegría y su amor.
Gracias a esta familia tan cercana, me encanta haber sido partícipe de vuestros juegos, los besos infinitos y el humor y buena energía que hay entre vosotros.
Mi hijo Olmo dice que quiere ir a jugar a vuestra piscina en verano, jeje.
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