Los niños no necesitan tantos juguetes, un coche tan grande o vacaciones caras. Ellos necesitan tiempo en familia, tiempo exclusivo con Mamá y Papá, salir al aire libre, respirar aire limpio, jugar con piedras, tumbarse en un campo de flores amarillas. El estrés de la vida cotidiana a veces nos arrastra y nos hace perdernos las cosas más importantes: las miradas tiernas y llenas de amor, las carcajadas infantiles más sinceras, sus primeras palabras, sus preguntas ingeniosas. Permitámonos detener el tiempo y mirarnos a los ojos. No dejemos que estos momentos felices se entierren en el olvido.
Gracias a esta familia maravillosa por compartir sus momentos cotidianos pero extraordinarios. Gracias por criar a vuestras hijas con tanto amor, es lo mejor que podéis hacer para ayudar a construir un mundo más justo.
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