Una madre pasea junto al lago junto a su pequeña de tres meses. Es un momento único e irrepetible, idóneo para una sesión de fotos en familia. Hay detalles que pronto se perderán en el olvido: el olor indescriptible de la cabecita de la bebé, el peso liviano de su cuerpo, las manitas juguetonas, el pelito indomable. La luz de la última hora de la tarde, los colores del ocaso sobre el agua, la mirada radiante de una mujer que disfruta cada instante de su maternidad... Todo eso queda reflejado en las fotografías, que nos permitirán revivir cada detalle con el paso de los años. Me ha encantado conocer a esta familia y compartir con ella una tarde luminosa frente al lago.
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