Es un privilegio para mí poder retratar con la cámara los primeros momentos de la vida de un bebé en la casa familiar: la ternura de su mirada, las caricias y abrazos de su madre, cómo se queda dormidito con la leche en la boca, la complicidad y la ilusión de la hermana mayor, las manitas arrugadas, el lanugo de la espalda. Cada precioso detalle que cambiará en sólo unos días y se desvanecerá para siempre. Es un momento mágico para una madre, que guardará para siempre en su memoria, gracias a unas fotografías entrañables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario